martes, noviembre 08, 2005

Cambio de actitud hacia la pobreza

Vivimos una época de conciencia social, eclosión del tercer sector, ONGs con alcance multinacional, en la que la lucha contra la pobreza parece que ocupa un lugar en la agenda política y, desde luego, en el tiempo y la cartera de mucha gente.

Antes de continuar, soy consciente de que vivo en un país privilegiado, con unas infraestructuras y una renta que nos permiten mirar con tranquilidad al futuro, y donde nuestro mayor problema es que tenemos un presidente de gobierno que nos toma el pelo. Aún así, y a riesgo de parecer ciego a los problemas exteriores, creo que el hombre se encuentra en la mejor situación que ha tenido en su historia. Las miserias de nuestra humanidad no son nuevas ni son proporcionalmente mayores a las que hemos sufrido en la historia. Hay países enteros que gozan de un estado de bienestar y, sobre todo, existen otros en Asia que han realizado progresos muy grandes en la salida de la pobreza.

¿Por qué entonces este cambio social? La caridad ha salido del ámbito de la Iglesia para extenderse por toda la sociedad. Hay que buscar apoyo numérico, pero se me ocurren varias razones...

- La tecnología nos permite conocer en tiempo real las guerras, las hambrunas, los desastres naturales y las muertes que nos conmueven en directo.

- La naturaleza de los recursos los hace más fáciles de compartir. Si el terrateniente del siglo XVII compartía sus tierras con los pobres, se quedaba sin tierras. (de alguna manera, como las comparaciones que Enrique Dans en su defensa de los modelos p2p suele hacer entre la economía de la escasez y la de la abundancia). Dar significaba un acto de generosidad mucho mayor que ahora. En este momento, las clases medias podemos dar dos tipos de activos y ninguno nos compromete demasiado. Por una parte, dinero que reduce nuestro consumo pero no compromete nuestra capacidad de generar rentas en el futuro. Sabemos que la renta futura dependerá de nuestro trabajo, y eso es lo que nos preocupa perder. Por otra, podemos dedicar nuestro tiempo y conocimiento, activos inagotables... al menos mientras vivamos. De ahí que surjan médicos sin fronteras, ingenieros sin fronteras, hasta payasos sin fronteras.

- Realmente existe la capacidad de generar recursos para todos. Malthus se equivocó. La tecnología ha crecido más deprisa que la población. La eliminación del hambre ya no es una utopía inalcanzable, y vemos posible alcanzar el objetivo.

- Se ha extendido un "altruismo ilustrado" cuyo objetivo es finalista... eliminar los motivos para la emigración, hacer justicia... más fácil de generalizar que la caridad desinteresada que nace del amor al prójimo. Al parecer Amartya Sen habla en este sentido de la importancia del compromiso en la solidaridad. Hay que profundizar sobre esto...

En cualquier caso, bienvenido sea este movimiento. Y ojalá alcance resultados.




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