Pero para poder gastar es necesario que haya quién lo gaste. Se necesitarán 30.000 nuevos investigadores en España. El problema no está en formarlos (se puede hacer a golpe de talonario) sino en conseguir que de verdad se dediquen a hacer algo más que publicar artículos en las revistas científicas. El informe COTEC recoge la actividad investigadora española en este aspecto, y ha subido notablemente en los últimos años. Pero su traducción en patentes, o en traspaso de doctores a las empresas, es muy baja.
Hay que echar un vistazo a la carrera profesional en la Universidad para encontrar una de las razones. ¿Cómo consigue un joven investigador llegar a tener su plaza? Con años de becario, mal pagado, cultivando las relaciones internas de su departamento, cayendole bien a su catedrático... hasta que por fin consigue su oposición. No se les puede pedir que sean emprendedores cuando no se les han cultivado las habilidades emprendedoras. Ni que se arriesguen a perder la plaza a la que han tenido que dedicar tantos años y coste de oportunidad. Hay que reformar este sistema...
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