jueves, septiembre 15, 2005

El trabajo como producto en la sociedad del conocimiento

El análisis clásico estudia cómo la empresa transforma unos factores de producción (capital, materias primas y trabajo fundamentalmente) en productos o servicios generando un valor añadido. ¿Es posible que esto cambie en la sociedad del conocimiento?

Para analizar esto hay que definir primero sociedad del conocimiento. Es una sociedad en la que los trabajadores instrumentales son sustituidos por modos automatizados más eficientes. El trabajador instrumental es aquel cuyo trabajo es una parte de un proceso. Toma un input, produce un output, pero no cierra un ciclo en sí mismo. Es el tradicional trabajador de la cadena de montaje, que ya está siendo sustituido en gran parte por robots, pero es también el cajero de un banco que hace de interfaz entre el banco y el cliente, cobrando y pagando o el dependiente de una agencia de viajes que consulta los productos y precios en sus catálogos o sistemas electrónicos (Amadeus). Los cajeros automáticos e internet sustituyen a estos ejemplos. El trabajador del conocimiento es, por el contrario, el que tiene capacidad, experiencia y formación para "completar" un producto él mismo o trabajando en equipo. Es el creativo publicitario, el investigador de mercados, el consultor, pero también los son el fontanero o el carpintero que nos hacen los arreglos en las casas.

En la economía tradicional, la mayor parte de los trabajadores eran instrumentales. En esa situación, el trabajo es un factor de producción, que se controla dentro de la cadena de la empresa. Sin embargo en la economía del conocimiento cada vez hay un número mayor de actividades externalizadas, bien a otras empresas bien a trabajadores individuales. Fontela (no tengo la referencia escrita) sugiere que en esta situación el trabajo se convierte en un producto que el trabajador proporciona utilizando su conocimiento como factor de producción...

Así que nuestro futuro depende de la capacidad que tengamos de acumular conocimiento, y los sindicatos se convierten en patronales ;-) Bonita ironía...

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