I+D, o su última versión, I+D+I, parece que son los acrónimos estrella en los últimos tiempos. Mencionarlos es una manera fina y elegante de salir con elegancia de una conversación sobre coyuntura económica. ¿Que hay problemas de deslocalización, competencia, modelo de crecimiento... ? Pues se saca a pasear la investigación, y todo resuelto.
Nadie duda de la necesidad de la innovación para generar crecimiento económico a largo plazo. Pero quedarnos en ese primer nivel de análisis no aporta nada útil. Es necesario ver dónde se innova. Corremos el riesgo de dedicar un importante presupuesto público a las universidades para fomentar la investigación, pero... ¿hacia qué sectores? Con frecuencia olvidamos que somos un país moderno en el que más del 60% de la riqueza se genera por los servicios. Ahí es donde tenemos que centrar los esfuerzos de mejora. En Estados Unidos el sector de servicios intensivos en tecnología ha aumentado su productividad un 5,3% entre 1995 y 2002, contribuyendo sobremanera a la mejora de la productividad del país. Está pendiente por otra parte la liberalización de los servicios en Europa. Banca, seguros, sanidad, comercialización turística... La capacidad para competir experimentará un nuevo aumento. Ahí es donde tenemos que tener especial cuidado para no perder la competitividad alcanzada. Si lo hacemos bien en esos sectores, nuestra economía seguirá creciendo y los servicios seguirán ganando peso en nuestra renta, hasta equipararnos con los países más desarrollados.
martes, julio 05, 2005
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