martes, julio 12, 2005

Globalización y pobreza


Globalización es probablemente el término más utilizado en los últimos años cuando se habla de economía, política y sociedad. La búsqueda de esta palabra en Google devuelve aproximadamente 1.210.000 páginas en español, y 23.450.000 en sus dos versiones inglesas (globalization y globalisation). Después del desmantelamiento del bloque económico soviético y con China intentando abrazar el sistema económico de mercado, la batalla política entre izquierda y derecha en Occidente ha encontrado en este fenómeno un interesante argumento de disputa. ¿Será en el fondo la misma vieja discusión, entre economía no regulada y economía planificada, pero esta vez en un entorno mundial en lugar de nacional? Yo pienso que sí, y creo que los manifestantes contra el G-8 en Gleneagles pensaban lo mismo (aunque salvo en eso y en el rechazo a la miseria no creo que coincidamos en muchos más)



Muchas de las críticas hacia la globalización vienen derivadas de su incapacidad para generar un mundo más justo e igualitario. Es común leer opiniones sobre el agravamiento del subdesarrollo en el Tercer Mundo a raíz de este nuevo orden económico. Sin embargo, los datos al respecto no son esclarecedores. El primer problema es metodológico. ¿Cómo se debe medir la desigualdad? ¿Hay que ver si se incrementa la brecha entre la riqueza de los países? ¿Se debe medir a toda la población mundial independientemente de en qué país vivan? Desde el punto de vista ético considero que se debe utilizar la segunda medida. No son los países sino las personas quienes importan. Un informe de “The Economist” trata esta cuestión. En él se aprecia cómo los países menos desarrollados son los que menos crecimiento per capita presentan. (gráfico 1). Sin embargo, si cada país se representa con el tamaño del mismo (gráfico 2), se aprecia cómo China y la India, países con poblaciones muy grandes, han sido capaces de crecer más desde 1980 a 2000. Esto quiere decir que en el total de la población mundial, los más pobres han sido capaces de crecer más aprovechando el nuevo entorno económico. Un mayor crecimiento de los países no deriva directamente en el beneficio de los más pobres, pero el hecho de que dos de los países que más han luchado por la integración en la economía mundial hayan obtenido estos resultados nos hace plantearnos que no es tan evidente la relación entre globalización y aumento de la pobreza. Probablemente sean los países africanos que se encuentran fuera de todo circuito comercial internacional los que estén resbalando cada vez más por la pendiente hacia la miseria.


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