Juan Freire publica una reflexión como siempre muy interesante sobre la realización de blogs por parte de los profesores universitarios. En ella descubro con sorpresa que hay quien está en contra de esta actividad. ¿El objetivo de la Universidad no es crear y distribuir conocimiento? ¿Y no permite el blog generar discusiones y compartir ideas? Toda innovación genera resistencias, y es interesante y hasta divertido buscar a quién "fastidia" la mejora. En este caso, un buen candidato es el sistema tradicional de publicación científica.
Para los que no pertenezcan al mundillo, la investigación de los profesores universitarios se difunde a través de revistas específicas. Como el número de publicaciones que un profesor, departamento o institución consiguen realizar es muy fácil de medir, se ha convertido en una pieza importante de evaluación, tanto personal como institucional. Así que hay una dura competencia por conseguir introducirse en las revistas de más prestigio. A su vez estas revistas tienen un sistema para contrastar la calidad de la infinidad de artículos que reciben, llamado "peer review" (revisión por colegas). Cada artículo es enviado anónimamente a dos expertos que también anónimamente envían sus comentarios al autor y rechazan o admiten para la publicación. Desde luego es más objetivo que un sistema individual, pero tampoco es garantía de objetividad (El editor sabe quiénes de sus expertos son más blandos o exigentes con los artículos. Si quiere que un artículo se publique o deje de hacerlo, le basta con enviarlo a quien más le interese. Ni siquiera tiene que hacer una llamada de recomendación que sería muy mal vista).
Existe algún movimiento crítico contra el sistema. El "Journal of the Americal Medical Association" tienen un número monográfico al respecto. Daniel Engber hace una buena revisión de la situación, partiendo de un polémico caso en el que se publicó un estudio que detectaba una influencia favorable de la oración en el resultado de la fecundación in-vitro. Pero el sistema es muy estable y no parece que vaya a cambiar... salvo, una vez más, por la amenaza de internet. ¿Podríamos ir hacia un sistema de publicación a través de internet en el que las citaciones por otros autores fueran los que dieran respaldo a los artículos? No es fácil. A los lectores también nos costaría más trabajo crítico juzgar la calidad de los artículos, ya que es más fácil fiarse de un editor con prestigio. Pero desde luego es una amenaza al sistema.
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