"Una buena Ley del Libro es el amparo del precio fijo para toda la edición" son palabras del Presidente de la Federación de Gremios de Editores de España. Se le olvida añadir otro adjetivo a 'fijo'. Podría decir 'precio fijo y barato' pero claro, el que quiere un precio fijo normalmento lo hace para ponerlo alto amparado en un privilegio monopolístico.
Tanto como se intenta favorecer la cultura con los precios fijos y no se han dado cuenta de que la mejor manera de difundirla es a través de la competencia en precios. ¿Cuál es el segmento que crece en un sector editorial estancado? El del libro de bolsillo, un 13,3% en 2004. Sin embargo solo se editan así el 7,7% de los títulos, con el 5,3% de la facturación. En Reino Unido y Alemania esta cifra ha llegado al 40% de cuota de mercado y un 60% de los compradores de libros los prefieren por su menor precio. Pero claro, vender estos libros a 6€ supone entrar en canales de distribución más agresivos, con menos márgenes y más difíciles de manejar. Es más fácil seguir vendiendo libros como lo hacían nuestros abuelos y si una 'buena Ley del Libro' consigue que sea posible, bienvenida sea.
Si, finalmente, los precios de los libros son fijos para difundir la cultura, yo propongo convertir en fijos también los siguientes:
Crucemos los dedos esperando la nueva ley...
Tanto como se intenta favorecer la cultura con los precios fijos y no se han dado cuenta de que la mejor manera de difundirla es a través de la competencia en precios. ¿Cuál es el segmento que crece en un sector editorial estancado? El del libro de bolsillo, un 13,3% en 2004. Sin embargo solo se editan así el 7,7% de los títulos, con el 5,3% de la facturación. En Reino Unido y Alemania esta cifra ha llegado al 40% de cuota de mercado y un 60% de los compradores de libros los prefieren por su menor precio. Pero claro, vender estos libros a 6€ supone entrar en canales de distribución más agresivos, con menos márgenes y más difíciles de manejar. Es más fácil seguir vendiendo libros como lo hacían nuestros abuelos y si una 'buena Ley del Libro' consigue que sea posible, bienvenida sea.
Si, finalmente, los precios de los libros son fijos para difundir la cultura, yo propongo convertir en fijos también los siguientes:
- Periódicos
- Billetes de tren, avión y autobús de larga distancia. ¿Qué hay mejor para la cultura que viajar?
- Internet. Precio fijo, y preferentemente parecido al que pagué en 1993, unas 5.000 pesetas al mes (30 €) por poder usar correo, newsgroups y poco más, en modo texto y con un modem de 2.400 bps
- Las gafas, lentillas y operaciones de corrección de la vista (en defensa de los grandes miopes como yo, que sin corrección tendríamos que quedarnos solo con los audiolibros)
- El pan. Hace años el pan tenía el precio fijo, y supongo que era una gran ventaja para el consumidor. ¿Cómo se puede leer con el estómago vacío?
Crucemos los dedos esperando la nueva ley...
Actualización:
¿Son las pequeñas librerías la mejor manera de garantizar que se editen miles de pequeñas ediciones y que se preserve por tanto la cultura? Quizás no en el mundo de la impresión digital. Hace años que existen empresas que permiten autoeditarse por poco dinero, pero acaba de implantarse en España una con fuerza y un modelo novedoso: Lulu.com
3 comentarios:
Realmente la política del precio fijo no es cosa que pretenda proteger a los editores... sino al distribuidor. El editor vende al distribuidor con "precio fijo" y le daría lo mismo el precio final. Con la política de precio fijo se pretende proteger a los pequeños establecimientos que acercan este producto cultural. Si no fuese así, es muy posible que la red de librerías de barrio con la que contamos desapareciese ahogada por una guerra de precios con las grandes superficies y que desapareciese la distribución de las obras menos demandadas en favor de los best seller (por la rotación y esas cosas modernas de las grandes superficies). Desde un punto de vista de eficiencia es cierto que el precio libre es mejor... pero si lo que persigues es otra cosa (difusión cultural) quizás el precio libre no sea la mejor receta.
Me imagino que piensas de la misma manera con las subvenciones agrícolas... y quizás tengas razón en aras a la rentabilidad económica... pero ¿Puede un país permitirse que la población agraria desaparezca en 30 años y que el campo quede abandonado?
La verdad es que al llevar en la sangre el tema editorial podría hablar de esto durante muchas líneas... pero lo dejo para otro momento que son las 2AM!!
¡Un abrazo!
Pelayo
Pelayo, como ingeniero agrónomo, más de una piedra me caería si dijera que hay que acabar con las subvenciones agrícolas... pero aciertas, estoy de acuerdo. Sobre todo por justicia frente a los paises subdesarrollados a los que machacamos con la competencia desleal, pero eso es harina de otro costal. Dame 5 ó 10 minutillos y se me ocurrirá algo para solucionar el problema de la población agraria ;)
Y sobre la difusión de la cultura... algo apuntaba en el post justo anterior. Precisamente hoy, con las herramientas tecnológicas a nuestro alcance, es cuando menos me preocupa que la distribución tradicional se centre en grandes superficies o cadenas especializadas. Maneras habrá de que las tiradas pequeñas lleguen a su público ¿no?
La dogmática del precio fijo: Recomiendo este informe (http://www.globalcompetitionforum.org/regions/europe/Spain/libro.pdf) sobre el precio fijo de los libros, realizado para (¿y por?) el Tribunal de Defensa de la Competencia. En él podemos ver contra-argumentos que desmontan aquellos que intentan justificar el precio fijo. Recomiendo leer el informe, pero aquí resumo sus conclusiones:
Te extraigo las conclusiones del primer estudio: "la regulación sobre precio fijo de los libros en general, y la prohibición de la práctica de descuentos en particular:
a. No protege la creación literaria.
b. No favorece la lectura y la difusión de la cultura y el conocimiento.
c. Restringe las ventas de libros.
d. No protege a los títulos de venta lenta y, por tanto, no ayuda ni a los editores ni a los libreros que se especializan en dichos títulos.
e. No incrementa los servicios al cliente ofrecidos por el librero en el punto de venta.
f. No protege a la pequeña librería de su desaparición, ni tampoco de la amenaza de las grandes establecimientos de distribución al detall.
g. Restringe la modernización del tejido comercial librero.
h. Perjudica al comprador habitual de libros pero también al comprador ocasional limitando la difusión de la cultura entre aquellos ciudadanos con menores hábitos de lectura.
i. Constituye una medida desproporcionada para dar solución al problema de la doble imposición de márgenes.
j. Favorece la estabilidad del reparto de las rentas derivadas de la no competencia entre los distintos operadores, lo que se materializa, de hecho, en la consolidación de una estructura de mercado similar a un cártel, en perjuicio de los consumidores.
k. Disminuye la renta de los ciudadanos.
l. Pero, sobre todo, encarece lo que podría ser más barato."
Otro estudio (http://www.ucm.es/info/iudem/schw.DT00-2.pdf#search=%22%22precio%20fijo%22%22) muy interesante
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